Ojalá y pronto podamos coincidir. Felices vacaciones.
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jueves, 10 de mayo de 2012


ORTOGRAFÍA ESPAÑOLA
Usos normativos del punto, del punto y coma,
de los dos puntos y de los puntos suspensivos
© Justo Fernández López


El punto y seguido

Existe el punto final, el punto y seguido y el punto y aparte.
El punto indica una pausa larga correspondiente al final de un periodo sintáctico.
Punto y seguido
Se pone punto y seguido al final de una oración o periodo que tiene sentido completo si va a seguir inmediatamente la expresión de otra idea que guarda estrecha relación con la idea anterior. La relación puede ser estrecha, por tratarse de la misma idea, considerada desde otro punto de vista, o por tratarse de una idea que desarrolla el pensamiento sobre el mismo asunto.

Punto y aparte / punto aparte

El punto y aparte indica una pausa más larga, ya que ha terminado de exponerse una idea completa (o un aspecto de una idea) y lo que sigue va a constituir una exposición separada.
Si se cambia ligeramente el asunto tratado, se pasa a otro párrafo mediante el punto y aparte. Después del periodo o los periodos con los que se ha expresado un pensamiento, se pone un punto y aparte para indicar que se pasa a tratar de otro aspecto distinto del mismo asunto, o de otro asunto diferente.
«La primera línea del nuevo párrafo debe tener un margen mayor que el resto de las líneas que lo componen, es decir, ha de quedar sangrada:
El mar estaba embravecido aquel día. Los barcos bailaban sobre el agua sorteando las olas con dificultad.» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.1b]
El espacio en blanco que se suele dejar al principio de la línea después del punto y aparte se llama sangría. Cuando no se deja este espacio, suele dejarse en blanco una línea entera. De todos modos tiene que quedar claro que se cambia de asunto y se pasa a otro distinto.
Cada una de las partes en que queda dividido el texto por los puntos y aparte se llama párrafo o parágrafo.

Punto final

El punto final cierra el escrito y finaliza el tratamiento del tema.
El punto final acaba un escrito o una división importante del texto, como una parte, un capítulo, etc.
El punto final no se escribe al término de un párrafo, sino de un texto.
Los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc., cuando aparecen aislados no llevan punto final. Ejemplo:
El tema de nuestro tiempo
Cien años de soledad
El otoño del patriarca

Punto antes o después de las comillas

«A menudo es necesario combinar el punto con otros signos que también cierran períodos, como son los paréntesis o las comillas. En estos casos, se coloca el punto siempre detrás de las comillas, corchetes o paréntesis:
Sus palabras fueron estas. «No quiero volver». Después cerró de golpe la puerta de su casa. (Creo que estaba muy enojada).» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.1.2]
Cuando el punto coincide con el cierre de comillas, se escriben éstas delante del punto si se abrieron después de iniciada la oración que concluye:
Le respondieron que veían muchas dificultades para concederle un crédito «sin aval alguno».
Se escriben comillas detrás del punto si el paréntesis abarca todo el enunciado desde el punto anterior:
«Es imposible darle trabajo si no tiene permiso de estancia en este país.» La Oficina de Trabajo volvía a rechazar su solicitud.
Si la frase entre comillas sigue a dos puntos, esa frase forma parte del enunciado que se inició antes de los dos puntos. Por tanto, el punto se escribirá después de las comillas:
Le respondieron: «Es imposible darle trabajo si no tiene permiso de estancia en este país».

Punto antes o después del paréntesis

«A menudo es necesario combinar el punto con otros signos que también cierran períodos, como son los paréntesis o las comillas. En estos casos, se coloca el punto siempre detrás de las comillas, corchetes o paréntesis:
Sus palabras fueron estas. «No quiero volver». Después cerró de golpe la puerta de su casa. (Creo que estaba muy enojada).» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.1.2]
Cuando el punto coincide con el cierre de paréntesis, se escriben estos signos delante del punto si se abrieron después de iniciada la oración que concluye:
Era la primera vez que volvió a trabajar en una fábrica (después de su estancia en Alemania cuando la emigración).
Se escribe el signo de paréntesis detrás del punto si el paréntesis abarca todo el enunciado desde el punto anterior:
Hoy no le podremos atender, vuelva usted mañana. (Es lo mismo que le habían dicho el día anterior.)

Punto y signo de interrogación

No se escribe nunca un punto después ni antes de un signo de cerrar interrogación, aunque éste esté en final de oración o en final de párrafo. Son, por tanto, incorrectos casos como
¿Cuándo me darán el resultado?. No puedo esperar semanas.
Pero si la frase terminada en interrogación va entre comillas o entre paréntesis, se pone punto detrás de estos si lo incluido entre las comillas o paréntesis así lo exige.
El policía le preguntó: «¿Dónde estuvo usted ayer a las siete de la tarde?».

Punto y signo de exclamación

No se escribe nunca un punto después ni antes de un signo de cerrar exclamación, aunque éste esté en final de oración o en final de párrafo. Son, por tanto, incorrectos casos como
¡Cuánto tiempo llevaba esperando esto!.
Pero si la frase terminada en exclamación va entre comillas o entre paréntesis, se pone punto detrás de estos si lo incluido entre las comillas o paréntesis así lo exige.
A lo que respondió: «¡Es imposible!».

Llamada

La llamada que remite a una nota al pie de la página o al final del texto y se escribe con un número entre paréntesis o en voladita), se escribe antes, no después del punto:
Tal es la opinión de Ortega y Gasser (3).
Tal es el parecer de Xavier Zubiri5.

Uso no lingüístico del punto

«Uso no lingüístico del punto:
a)    Aunque todavía es práctica común separar los millares, millones, etc., mediante un punto (o una coma en algunos lugares de América), la norma internacional establece que se prescinda de él. Para facilitar la lectura de estas expresiones, especialmente cuando constan de muchas cifras, se recomienda separarlas mediante espacios por grupos de tres: 4 829 430.
Sin embargo, no se utiliza nunca esta separación en la expresión de los años, en la numeración de páginas ni en los números de artículos, decretos o leyes:
año 1942
página 1162
Real Decreto 1099/1986
b)    Es aceptable, de acuerdo con la normativa internacional, el uso del punto para separar la parte entera de la parte decimal en las expresiones numéricas escritas con cifras: 3.1416. Pero en esta caso es preferible el uso de la coma.
c)     En la expresión numérica del tiempo, el punto separa las horas de los minutos: 15.30 h, 12.00 h. En este uso pueden emplearse también los dos puntos: 15:30 h.
d)    En Matemáticas, el punto indica la multiplicación de dos cantidades o expresiones, y se coloca siempre a media altura: · 6 = 20· (x + y) = 30. Este uso alterna con el símbolo tradicional en forma de aspa.

En la notación matemática se prescinde muchas veces de signos para indicar el producto de dos expresiones: 
E = mc2 equivale a E = m · c( y también a E = m x c2).»
[RAE: Ortografía, 1999, § 5.13.1]

Para los numerales, se puede utilizar el punto para indicar los millares, pero no es prescriptivo. Los textos impresos optan por un pequeño espacio para indicar los millares. No se usa el punto en los años, códigos postales, páginas o números de teléfonos.
fue en el año 1898
21.456 21 456
«Es conveniente no usar punto, sino coma, para separar las unidades enteras y los decimales. Por influencia de la lengua inglesa, esto se suele hacer, por ejemplo, tratándose de frecuencias de emisoras: 104.6 (en vez de 104,6). En este caso, dándose solo décimas, no hay todavía problema. Pero puede producirse graves confusiones si se generaliza la práctica, ya que si en inglés el punto equivale a la coma del español, la coma del inglés desempeña la misma función que en español el punto.» (Manuel Seco: Dicc. dudas y dif., p. 369)
En España se emplea la coma para separar los decimales y no el punto.

El punto y coma

El punto y coma (;) indica una pausa superior a la marcada por la coma e inferior a la señalada por el punto.
El punto y coma señala una pausa y un descenso en la entonación, los cuales no suponen, como el punto, el fin de la oración completa, sino un mero descanso que separa dos de sus miembros.
Lo que sigue a punto y coma se escribe siempre con minúscula.
Se utiliza el punto y coma en los siguientes casos:
Para separar los elementos de una enumeración, los miembros de un periodo, dentro de los cuales ya hay alguna coma:
A cada hijo le compró un regalo diferente: Al mayor, una bicicleta; al del medio, un balón de fútbol; y a la niña pequeña, un tocadiscos.
Se suele colocar punto y coma, en vez de coma, delante de conjunciones o locuciones conjuntivas como
aunque
con todo
en fin
mas,
no obstante
pero
por consiguiente
por tanto 
sin embargo
cuando los períodos tienen cierta longitud y encabezan la proposición a que afectan.
«Si los bloques relacionados mediante estos enlaces forman parte de la misma oración compuesta escrita entre puntos, se suelen separar con punto y coma colocado delante del enlace, al que seguirá una coma.» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.2.8]
La pregunta no era muy difícil, yo me había preparado muy bien, conocía el tema; pero estaba muy nervioso y me confundí.
Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que el entrenador esperaba.
Las últimas pruebas que han llegado de la imprenta parecen muy limpias; por tanto, creo que no tardaré mucho en revisarlas y devolverlas.
Las conjunciones adversativas peromas, aunque, sino  se suelen separar con punto y coma colocado delante del enlace, al que no seguirá una coma.
Cogieron muchas cerezas, aunque todas picadas de los pájaros.
Si los períodos tienen una longitud considerable, es mejor separarlos con punto y seguido.
Para separar oraciones yuxtapuestas que ya llevan comas:
El niño, sin gran talento para las matemáticas, había suspendido varias veces; ahora era la última oportunidad de pasar el examen y no repetir curso.
A las cinco de la madrugada aún había luz en su habitación; seguramente, se había quedado dormido leyendo.
«En muchos de estos casos, se podría optar por separar los períodos con punto y seguido. La elección del punto y seguido o del punto y coma depende de la vinculación semántica que exista entre las oraciones o proposiciones. Si el vínculo es débil, se prefiere usar un punto y seguido; mientras que, si es más sólido, es conveniente optar por el punto y coma.
También sería posible separar los mencionados períodos con dos puntos, puesto que casi siempre subyacen las relaciones de causa-efecto, conclusión o resumen de la proposición anterior, verificación o explicación de la proposición anterior.» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.4.2]
Se pueden separar por punto y coma dos oraciones independientes que tienen sentidos estrechamente relacionados – la segunda suele ser una ampliación de lo expresado en la primera. En estos casos las oraciones también pueden ir separadas por coma:
Está lloviendo con toda; lleva trazas de no parar tan pronto.
Se pone punto y coma delante de la conjunción que une dos oraciones, si la segunda supone un cambio de sentido respecto de la primera o cuando a una oración sigue otra precedida de conjunción, que no tiene perfecto enlace con la anterior:
Miró por la ventana cómo caía la lluvia, le entró una sensación de melancolía; su amiga había quedado en llamarle para ir al cine.

Los dos puntos

Los dos puntos (:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue. Ponen énfasis en lo que sigue y crean una expectativa.
Los dos puntos señalan pausa precedida de un descenso en el tono; pero a diferencia del punto, denotan que no se termina con ello la enunciación del pensamiento completo.
Los dos puntos indican que una idea se va a desarrollar o precisar a continuación por una enumeración de elementos, la presentación de ejemplos, síntesis, causa, consecuencia, etc.
Fue al mercado porque necesitaba varias cosas para hacer la comida: tomates, pimientos, pepinos, cebollas, ajos, etc.
Galicia consta de las provincias siguiente: La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra.
Los resultados fueron: cientos de muertos y familias sin hogar.
Dos fueron los filósofos más famosos de entonces: Unamuno y Ortega.
También se emplean para cerrar una enumeración, antes del anafórico que los sustituye:
Natural, sana y equilibrada: así debe ser una buena dieta.
Los dos puntos se emplean para reproducir en palabras textuales lo que ha dicho otro. Estas palabras textuales suelen venir anunciadas con expresiones sinónimas de ‘decir’, ‘preguntar’, ‘manifestar’, ‘oír’. Después de los dos puntos, en estos casos se suele escribir la primera palabra con inicial mayúscula:
Como decía Sócrates: «Sólo sé que no sé nada».
Se oyó una voz que decía: «Aquí no se puede dormir. A ver si os calláis».
«Se emplean los dos puntos para conectar oraciones o proposiciones relacionadas entre sí sin necesidad de utilizar otro nexo. Son varias las relaciones que se pueden expresar:
a)    Relación causa-efecto: Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.
b)    Conclusión o resumen de la proposición anterior: Varios vecinos monopolizaron la reunión con problemas particulares: no llegaron a ponerse de acuerdo.
c)     Verificación o explicación de la proposición anterior, que suele tener un sentido más general: La paella es un plato de la cocina española muy completo desde el punto de vista nutritivo: cuenta con la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y pescados y la fibra de sus verduras.» [RAE: Ortografía, 1999, § 5.3.4]
Los dos puntos preceden a la oración que sirve de comprobación a lo establecido en la oración anterior:
No hay vicio más pernicioso que el juego: por él mucha gente se ha arruinado.
A veces los dos puntos se ponen en lugar de una coma siguiendo a algunas locuciones en comienzo de frase, cuando se quiere expresar una pausa enfática. Suele ser después de expresiones como
ahora bien
pues bien
por ejemplo
verbigracia
esto es, etc.
En textos jurídicos y administrativos
«En textos jurídicos y administrativos –decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o instancias –, se colocan dos puntos después del verbo, escrito con todas sus letras mayúsculas, que presenta el objetivo fundamental del documento. La primera palabra del texto que sigue a este verbo es escribe siempre con inicial mayúscula y el texto forma un párrafo diferente. Por ejemplo:
CERTIFICA:
    Que D. José Álvarez García ha seguido el Curso de Técnicas Audiovisuales celebrado en la Escuela de Cine durante los meses de abril y mayo del presente año.»
[RAE: Ortografía, 1999, § 5.3.6]
En algunos documentos se pone punto después de expresiones como:
disponer
resolver
hacer saber
acordar, etc.
A veces se ponen dos puntos entre el nombre del autor y el de su obra, en la cita de libros y otras publicaciones:
Zubiri, Xavier: El problema filosófico de la historia de las religiones. Madrid: Alianza Editorial, 1993.
Correspondencia epistolar:
Ponemos dos puntos después de las expresiones con las que saludamos a las personas a las que dirigimos un escrito en el estilo epistolar. Los dos puntos se ponen detrás del vocativo introductorio. La palabra que sigue a los dos puntos se escribe con mayúscula y, generalmente, en un reglón aparte:
Querido amigo:
Hace tiempo que ...
En alemán se suele poner en estos casos una coma:
Lieber Freund,
es ist lange her, dass ...
«En el uso actual, salvo en los casos muy formales, no es raro que en lugar de dos puntos se use una coma.» (Manuel Seco: Dicc. de dudas …, p. 369)
Expresión numérica del tiempo
En las expresiones numéricas del tiempo, entre las horas y los minutos. En estos casos también es correcto el punto:
El avión aterrizará en Barajas a las 6:25 (6.25).
Advertencia
«Debe evitarse el vicio de poner dos puntos (o cualquier otro signo) entre una preposición y el sustantivo introducido por ella, como en estos casos:
Coordinado por: Andrés García e Irene López; Fotografía y texto de: Juan Álvarez.
Según la Academia, después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra mayúscula el vocablo que sigue. Pero en realidad no es así. Se escribe mayúscula en los casos siguientes:
§     cuando los dos puntos preceden a palabras textuales que se citan: Dice el refrán: Hombre prevenido vale por dos.
§     cuando los dos puntos siguen al encabezamiento de una carta: Muy señor mío: Le agradezco ...» (Manuel Seco: Dicc. de dudas …, p. 369)
Usos no lingüísticos de los dos puntos
a)    Se utilizan los dos puntos para separar las horas de los minutos en la expresión del tiempo, alternando con el uso del punto: 15:30 h, 12:00 h.
b)    También indican una división en expresiones matemáticas: 8 : 2 = 4. En este caso alternan con la barra y con el símbolo ÷.
[RAE: Ortografía, 1999, § 5.13.3]

Los puntos suspensivos

Los puntos suspensivos son tres punto (...) que representan una pausa en el lenguaje oral durante la que se mantiene y se alarga el tono de la palabra anterior a ellos, para indicar que se deja en suspenso el sentido de lo expresado anteriormente.
Pueden indicar que el texto queda incompleto o que el final se deja impreciso.
Los puntos suspensivos también pueden ser una expresión de sentimientos.
Después de los puntos suspensivos, cuando cierran un enunciado, se escribe mayúscula:
Es caso es que si lloviese... Bueno, mejor no pensar cosa tan improbable.
Si no cierran un enunciado y este continúa tras ellos, se escribe minúscula:
Estoy pensando que... aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.
Se usan los puntos suspensivos en los siguientes casos
Se ponen en lugar de un etcétera, para indicar que se deja incompleta la enumeración o que se deja un periodo sin terminar, porque se da el resto por entendido o porque no se cree necesario expresarlo.
Son muchas las comunidades autónomas que tienen este problema: Galicia, Extremadura, Andalucía ...
En las citas textuales, el fragmento que se omite se indica con puntos suspensivos entre corchetes, si el fragmento omitido pertenece al interior de la cita:
Como dice Ortega en el prólogo para franceses de La rebelión de las masas: «Se olvida demasiado que todo auténtico decir no sólo dice algo, sino que lo dice alguien a alguien. En todo decir hay un emisor y un receptor, los cuales no son indiferentes al significado de las palabras. [...] El lenguaje es por esencia diálogo, y todas las otras formas del hablar depotencian su eficacia.»
Se emplean los puntos suspensivos cuando se reproduce una cita textual, sentencia o refrán, omitiendo una parte:
Porque como dice el refrán español: «Más vale pájaro en mano...»
Le gustaba recitar el famoso Dos de Mayo: «Oigo, Patria, tu aflicción y...»
También se usan los puntos suspensivos para dar mayor énfasis a la idea expresada, para suscitar cierta expectación en el lector o para sorprenderle con lo que viene a continuación. La interrupción del enunciado sirve para sorprender al lector con lo inesperado de la salida.
Entré en el gallinero pensando que habría entrado allí una zorra y era ... el perro del vecino.
El que escribe usa los puntos suspensivos cuando se queda pensativo o a solas con sus recuerdos:
Aquellas tardes lluviosas de los domingos me recordaban los años de mi infancia en Galicia. La Galicia de la niebla, del orvallo...
Los puntos suspensivos indican también vacilación, indecisión, duda, temor, interrupción del diálogo:
Oye, Pepe ... Tú me habías dicho una vez que andabas buscando piso. Pues mira, yo sé de uno y muy barato.
Yo..., bueno, mi mujer, quería alquilar una casa en las afueras de la ciudad.
Puntos suspensivos y el signo de exclamación o interrogación
Los puntos suspensivos se ponen después de una oración interrogativa o exclamativa si lo encerrado entre signos tiene sentido completo; si el sentido de la oración interrogativa o exclamativa no ha quedado completo, los puntos suspensivos se ponen antes del signo de cierre.
Si la frase interrogativa o exclamativa se interrumpe, los puntos suspensivos deben ir detrás del signo de cerrar interrogación o exclamación:
¿Cómo íbamos a saber...?
¡Es un cobarde y un...!
¡Si te dije que...!
En cambio, si los puntos suspensivos tienen el papel de resaltar expresivamente la exclamación o la pregunta, se escriben después del signo que corresponde:
¿Cómo íbamos a saber que eras tú?...
¡Es un cobarde y un miserable!...
Puntos suspensivos con otros signos de puntuación
Tras los puntos suspensivos no se escribe nunca punto, aunque sí pueden colocarse otros signos de puntuación, como la coma, el punto y coma y los dos puntos:
Pensándolo bien...: sería mejor no aceptar esa oferta.
 Tanto la coma, el punto y como y los dos puntos como los signos de interrogación y exclamación se escribirán inmediatamente, sin un espacio que los separe de los puntos suspensivos:
¡Te dicho cincuenta mil veces que...!
Tales signos son los que imponen en estos casos el uso de la mayúscula o la minúscula en la palabra siguiente:
Ya habían llegado los libros, los ordenadores, el papel...; al día siguiente empezaríamos a trabajar.

domingo, 6 de mayo de 2012

Principios pensamiento Complejo
La noción de pensamiento complejo fue acuñada por el filósofo francés Edgar Morin y refiere a la capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real. Ante la emergencia de hechos u objetos multidimensionales, interactivos y con componentes aleatorios o azarosos, el sujeto se ve obligado a desarrollar una estrategia de pensamiento que no sea reductiva ni totalizante, sino reflexiva. Morin denominó a dicha capacidad como pensamiento complejo. Este concepto se opone a la división disciplinaria y promueve un enfoque transdisciplinario y holístico, aunque sin abandonar la noción de las partes constituyentes del todo. La sistémica, la cibernética y las teorías de la información aportan sustento al pensamiento complejo. Puede decirse que el pensamiento complejo se basa en tres principios fundamentales: la dialogía (la coherencia del sistema aparece con la paradoja), la recursividad (la capacidad de la retroacción de modificar el sistema) y la hologramía (la parte en el todo y el todo en la parte). El pensamiento complejo, por lo tanto, es una estrategia o forma del pensamiento que tiene una intención globalizadora o abarcativa de los fenómenos pero que, a la vez, reconoce la especificidad de las partes. La clave pasa por la rearticulación de los conocimientos a través de la aplicación de los principios mencionados. Todo lo relacionado con el pensamiento complejo está vinculado a la epistemología (la doctrina de los métodos del conocimiento científico). El objeto de estudio de la epistemología o gnoseología es la producción y validación del conocimiento científico a través del análisis de distintos criterios.