Este adverbio proviene del latín ipse, con idéntico
significado. El lector podrá preguntarse, con legítima curiosidad, dónde está
la semejanza que permite tal derivación. Intentaremos explicarlo en las
próximas líneas. En la Edad Media, el ipse del latín clásico recibió la forma
enfática ipsimus, luego unida a la partícula met, que se empleaba para reforzar
el significado de los pronombres personales. En el lenguaje oral, adoptaba
también la forma med. Así, egomet y tumet significaban, respectivamente, 'yo mismo'
y 'tú mismo'. De esta manera se formó medipsimus, que en castellano dio lugar a
meesmo y meísmo hasta evolucionar a la forma actual, que ya aparece en el
Cantar de Mio Cid. En regiones rurales de algunos países hispanohablantes, se
mantiene hasta hoy la forma arcaica mesmo, que prevaleció también en el
portugués moderno.
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