Ojalá y pronto podamos coincidir. Felices vacaciones.
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miércoles, 1 de mayo de 2013

Cuento de Araceli


LA HAMACA


  En un  lugar paradisiaco de Brasil bajo la sombra de dos grandes palmeras se encontraba una enorme y hermosa hamaca tejida con hilos suaves  que  brillaban a las luz del sol, era la sensación de grandes y chicos;  quien la miraba incitaba al descanso placentero.  Todos exigían el derecho de  subirse a ella y no había un instante en que permaneciera en la quietud de la calma,  En el día  escuchaba las risas y gritos que provocaba en los niños al jugar en ese vaivén que tanto disfrutaban, por las noches los fastidiosos ronquidos de quien dormía  en ella. Que ironía de la vida pensó todos descansan en mi pero no tengo un minuto de tranquilidad  y  estoy agotada de tener sobre mi tanto peso  día tras día. Cierta mañana un pequeño niño  trataba  por todos los medios de subirse a ella, se oían sus jadeos que salían del esfuerzo que eso representaba, después de tanto insistir se oyó  su risa de satisfacción lográndolo al fin, sentía sus movimientos bruscos tratando de ejercer movimiento pero no podía;  en un instante un golpe acompañado de un llanto estruendoso y lastimero se escucho, pasos que se acercaban lo mas rápido posible,  Levantando en brazos aquel cuerpo que había sido lastimado por tan inesperada caída.
Pasaron los días y la hermosa hamaca  permanecía  atada a lo alto de una palmera, polvorienta y olvidada, o cuanto lamento mis pensamientos, extraño de verdad las risas y gritos que soy capaz de provocar en esos niños.   Los días transcurrieron,  una inesperada mañana sintió que desamarraban esos nudos que la habían mantenido prisionera,  suave como cascada cayo en unas manitas que habían superado el trauma de la caída,  acompañado de alguien que lo instruía, y fue así como volvió a sentir ese ir y venir como las olas donde aquel pequeño niño disfrutaba imaginando estar en un gran barco perseguido por tiburones  o volar por las nubes y ver lo pequeño de las casas, cuanto placer y alegría le provocaba esto y volvió a brillar, y ser el centro de atracción de cuantos  vivían y visitaban el lugar.

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